jueves, 30 de septiembre de 2010

Hipótesis sobre la formación de la Luna

  La Luna es el único satélite de la Tierra y el quinto satélite más grande del Sistema Solar. Su superficie es bastante irregular, con grandes valles y elevaciones formadas por el impacto de asteroides poco después de su formación. Varias hipótesis han sido propuestas para explicar la formación de la Luna :
     -Que se deba a la unión de las partículas que orbitaban alrededor de la Tierra.
     -Que la Luna se formase debido a un desprendimiento de la Tierra por la fuerza centrífuga de la rotación.
     -Que no se formase si no que la Tierra capturase un asteroide formado en otro lugar.
Estas tres hipótesis presentan fallos e inconvenientes por lo que se ha propuesto una hipótesis (hoy en día aceptada) que integra las tres anteriores: la Luna se formó debido a un gran impacto, un planeta pequeño del tamaño de Marte(que recibe el nombre de Theia u ocasionalmente Orpheus u Orfeo) chocó con la joven Tierra poco después de que ésta se formase provocando que el material de la corteza y del manto terrestre (que aún estaba semifundido debido a su reciente formación) salpicase al espacio. Este material se quedó orbitando alrededor de la Tierra hasta que se solidificó, formando la Luna.


miércoles, 29 de septiembre de 2010

Júpiter, superbrillante este fin de septiembre

El astrónomo Rafael Bachiller nos desvela e interpreta las imágenes más espectaculares del Cosmos. Temas de palpitante investigación, aventuras astronómicas y novedades científicas sobre el Universo.



Durante las noches de la segunda quincena de septiembre Júpiter se encuentra en el punto de su máxima aproximación a la Tierra, lo que le hace brillar excepcionalmente. Hacía casi medio siglo que no estaba así de cercano, y no volverá a estarlo hasta el año 2022.

El Júpiter más brillante en varias décadas

Observando Júpiter | Tamas Ladanyi, TWAN
    Observando Júpiter | Tamas Ladanyi, TWAN
   
 Júpiter es el astro más brillante que puede observarse en una noche despejada. Pero en los días próximos a este equinoccio de otoño, Júpiter se encuentra más brillante que nunca. El pasado 20 de septiembre estaba en el punto de mayor acercamiento a la Tierra, a 'tan sólo' 592 millones de kilómetros de distancia (unas 1500 veces la distancia de la Tierra a la Luna), y permanecerá así de próximo y brillante hasta los primeros días de octubre.
Júpiter puede observarse en el momento de la puesta del Sol hacia el Este, pero los mejores momentos para su observación son cuando el planeta va aumentando su elevación y, sobre todo, durante su culminación al Sur ya de madrugada. El planeta se oculta al Oeste en el amanecer.
Esquema de una oposición planetaria
     Esquema de una oposición planetaria
   
   La configuración de máximo acercamiento entre la Tierra y un planeta exterior se denomina 'oposición'. Se trata de la situación en la que el planeta se encuentra exactamente opuesto al Sol según lo observamos desde la Tierra. Es decir, durante esta oposición, el Sol, la Tierra y Júpiter se encuentran en la misma línea recta con la Tierra en la posición intermedia.
Júpiter no volverá a estar así de cercano hasta el año 2022. Estamos pues en un momento óptimo para observar los detalles del planeta gigante y de sus satélites. Cualquier telescopio de los actuales, por muy pequeño que sea, es suficiente para mostrarnos los cuatro satélites galileanos (Io, Europa, Ganímedes y Calisto). Incluso con unos buenos prismáticos es posible observar estos satélites.
Con un buen telescopio, en el momento de la oposición, y cuando los satélites transitan delante de Júpiter, pueden observarse las sombras de los primeros sobre la superficie del planeta. Además de las grandes franjas y cinturones de color más o menos marrón sobre la superficie del gigante gaseoso, también puede observarse la espectacular Gran Mancha Roja.

La madre de todas las tormentas

La imagen que encabeza este artículo es posiblemente la mejor imagen disponible de la Gran Mancha Roja de Júpiter. Se trata de un mosaico de varias fotografías obtenidas por el Voyager 1 en 1979 que han sido reprocesadas ahora, utilizando las más sofisticadas técnicas de fotografía digital, por el islandés Björn Jónsson. El contraste en esta imagen ha sido acentuado para revelar una enorme cantidad de detalles.
La Gran Mancha Roja es una gigantesca tormenta anticiclónica que dura ya más de tres siglos. Mide unos 12.000 kilómetros en la dirección Norte-Sur (similar al tamaño de la Tierra) y unos 30.000 kilómetros en dirección Este-Oeste. Sin duda la mayor tormenta del Sistema Solar. El gas gira en la mancha en el sentido contrario a las agujas de un reloj generando unas violentas corrientes de chorro al sur y al norte de la mancha. En las regiones externas de la periferia de la mancha, las inestabilidades hidrodinámicas crean complejas estructuras rizadas.
Júpiter | NASA/JPL - Caltech
    Júpiter | NASA/JPL - Caltech

El color rojizo de la gran mancha es aún un misterio. Su causa debe buscarse en la composición química del gas, quizás se deba a una sobreabundancia de fósforo o de compuestos de azufre, o quizás a compuestos orgánicos por determinar. También se desconoce el tiempo que perdurará esta descomunal tormenta.

http://www.elmundo.es/elmundo/2010/09/28/ciencia/1285675767.html

jueves, 23 de septiembre de 2010

Los científicos ya pueden 'leer el pensamiento'

Un equipo de científicos de la Universidad de Utah ha dado un paso insólito hacia el ideal de 'leer el pensamiento' de las personas con parálisis avanzada, en un estudio que muestra que es posible traducir las ondas cerebrales en palabras.
El estudio, publicado en la revista especializada Journal of Neuroscience y recogido hoy por varios medios estadounidenses, explica que este hallazgo que parece propio de una película de ciencia ficción fue posible gracias a la colocación de electrodos en el cerebro.
El equipo liderado por el bioingeniero Bradley Greger diseñó un delicado mecanismo que consistía en distribuir los electrodos en dos 'rejillas' del tamaño de un botón que colocaron en los centros del habla del cerebro de un paciente epiléptico.
Los científicos conectaron entonces el sistema de electrodos a un ordenador dispuesto para grabar señales cerebrales y presentaron al paciente 10 palabras que consideraron útiles para una persona paralizada: 'sí', 'no', 'calor', 'frío', 'hambriento', 'sediento', 'hola', 'adiós', 'más' y 'menos'.
A continuación, pidieron al paciente que tratara de repetir las palabras en voz alta, y comprobaron que, en una proporción del 76 al 90% de los casos, el ordenador mostraba las mismas señales cerebrales para cada palabra que las que había enseñado durante el experimento anterior. "No cabíamos en nosotros mismos de la emoción cuando vimos que funcionaba", dijo el profesor Greger.

Un avance en la comunicación

Greger no dudó en calificar el hallazgo de 'lectura del pensamiento' y expresó su esperanza de que "en dos o tres años esté disponible para su uso en pacientes paralizados".
La posibilidad de que pensar en una palabra produzca las mismas señales cerebrales que decirla conduce a Greger a creer que la creación de una máquina de traducción y de repetición de la palabra en cuestión no es nada disparatado.
Un tipo de paciente que podría resultar especialmente beneficiado es, según Greger, el que padece el síndrome de parálisis temporal tras sufrir un ataque. En ese estado, los pacientes suelen comunicarse con movimientos, como el guiño de un ojo, para escoger las palabras de un listado, pero la posibilidad de transmitir lo que piensan supondría un "gran avance" para su autonomía.
El descubrimiento, que de momento sólo ha sido ensayado en ese único paciente, también podría beneficiar a los afectados por la enfermedad de Lou Gehrig o el trauma profundo.
Hasta ahora, la posibilidad de colocar electrodos en la superficie del cerebro ha sido descartada en numerosas ocasiones por el temor a causar daños irreversibles, algo que, según Greger, no ocurre con su método, pues las pequeñas partidas de electrodos sólo se depositan en los centros de habla, "y no se implantan".
En su afán por 'refinar' la máquina de traducción del pensamiento, el equipo liderado por Greger ha aumentado el número de electrodos que se agrupan en la rejilla de 16 a 121 sensores, con el fin de aumentar la precisión de las lecturas.


http://www.elmundo.es/elmundo/2010/09/09/ciencia/1284020830.html